lunes, 25 de octubre de 2010

Entre el cielo y el infierno


Estaba yo con las fuerzas a punto de sucumbir cuando me di cuenta de que esa noche no había nada más que hacer. Las elecciones del domingo tres de octubre para alcaldías, presidentes regionales y el referéndum, habían sido un día lleno de broncas, trabas y puñaladas de todos contra todos; o sea una muestra gratis de la idiosincrasia política peruana.

Allí estaba yo por segunda vez, lidiando contra el tiempo y contra el Perú, ese Perú encarnado en instituciones como la ONPE, el JNE, el Ejército, la policía y la ciudadanía misma.

Han pasado hasta hoy que escribo estas líneas (12 de octubre) más de una semana y no sabe Lima quien es su alcaldesa. Se tiran la pelota la ONPE y el JNE por las fallas del sistema, los personeros andan en ristre y la prensa se pregunta hasta cuándo seremos un país de patas arriba, y la gente (entiéndase la masa que no le importa nada sino que no le multen por no sufragar) ha dejado la angustia de este día y sigue en lo suyo. Allá el problema es de otros conmigo no es.

Como testigo de primera fila (fui coordinador de la ONPE) puedo decir algunas cosas para que reflexionemos:

Hay ocho mil y tantas actas observadas en Lima (cifra record para Lima) porque a los miembros de mesa les faltó capacitación. Pero aquí hay que relacionar esto con la idiosincrasia del peruano, éste odia en un noventa y tantos por ciento ser miembro de mesa, entonces un grupo importante en número hará su trabajo con desgano y a la de Dios, si sale bien, bien, y si sale mal que me importa. Entonces estas personas no van a las capacitaciones y no le dan la importancia. Habría que pagarles a los miembros de mesa una cantidad que les haga menos aciago este día (lo del deber ciudadano no se lo cree nadie), pero previa capacitación obligatoria y aprobando un prueba sencilla de cómo llenar bien un acta electoral.

De los seis miembros de mesa elegidos por sorteo, uno podría ser voluntario (podría ser el tercer miembro) con una capacidad demostrada de buen trabajo, o sea personas con capacidades demostradas y que entiendan el trabajo a hacer, llenar en orden un acta y sacar tantas copias sean necesarias (que pueden ser diez o más de veinte según sea el caso). Si hay un pago pienso que más de uno querrá pasarse un día en mesa y puede ofrecerse de voluntario.

No se puede cambiar las reglas del juego a menos de un mes del día D, entonces al JNE no se le ocurre mejor idea que cambiar algunas directivas y confundir a la gente, faltando 2 días dice que no son 9 actas obligatorias (en Lima) sino 10. No hay que decir lo que esto conlleva, más errores de lo que se espera de la gente con menos preparación para llenar las actas. No hay que olvidar que son más de 12 horas de trabajo en muchos casos, donde sólo reciben ajos y cebollas de la gente de la cola, y entonces hay que tener mucha fortaleza mental.

Se dice que el JNE fiscaliza las elecciones, lo cual está bien, pero no prevé que en su mayoría los miembros de mesa no han asistido a las capacitaciones y entonces no se le ocurre mejor idea que prohibir que la gente de la ONPE se acerque para asesorarlos en el momento para el correcto llenado de las actas, o sea una capacitación al vuelo. Entonces nos vamos todos al abismo, pero eso sí cumpliendo a rajatabla la ley, y que se jodan los que tienen que joderse. Y no hay alcaldesa para Lima. Otra cosa, ayer escuché en RPP que el JNE no le pagaba a la gente que contrató (gente de a pie que espera 400 soles), encima que el JNE se le da por complicarlo todo, la hace larga con el sueldo de su propia gente.

Y ni que decir de los JEE, por ley deben resolver las actas observadas (observadas por la misma ONPE, porque si no lo hacía le caía la ley y adiós ONPE) e impugnadas. Y para ello cuenta con poco tiempo y con cuatro gatos para trabajar en ello, o sea les exigimos ganar una carrera de fórmula uno y les damos un tico viejo para que corra. Que tal conciencia.

El papel de la Policía y el Ejército es otro cantar. Según la ley deberían proteger el proceso, pero hay distritos donde el número de efectivos no alcanza y hay que rogarle a ‘San La Muerte’ que no pase nada. Pedimos, exigimos por ley, pero no les damos todo lo necesario, y luego les damos con palo sentados en el balcón (léase prensa, políticos y revoltosos).

Parece que un día de elecciones y todo lo que conlleva este proceso, saca lo peor de nosotros como país. Allí vemos tachas (que juegan en contra a veces), guerra sucia, violencia, leguleyadas, ignorancia, poco civismo. Y para terminar sigo esperando también mi pago luego de trámites y más trámites, burocracia bendita seas.

Post data: 25 de octubre recién pude cobrar, por ello la demora de este post. He podido ver a través de los noticieros los sustentos legales de los personeros y abogados en el JNE, y la verdad dan pena como se llega a niveles de cinismo y mentira para lograr sus objetivos. He visto como un abogado que quiere tirarse abajo toda las elecciones por ejemplo en Pachacamac, dice que la gente de la ONPE trabajó e indució al error para que gane un candidato, y que hasta tiene videos de eso. ¡PUES QUE LOS MUESTRE, QUÉ ESPERA¡ Hay que ver que cuajo.
Una frase para el recreo. Tomado de la novela ‘Héroes’ de Ray Loriga:
“Soñé que tenía una pistola de plata. Una pistola preciosa. Primero disparaba contra el tío que mató a Lennon y pensaba: eso está bien, pero después me ponía a dispararle a todo el mundo”.