miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Cuánto cuesta el autógrafo de una estrella de cine?


Un autógrafo es en estos tiempos un trofeo para los fans. Firmarlos es para los actores de cine un precio que tienen que pagar por ser famosos. Pero no todos los famosos lo hacen con una sonrisa, y hay inclusos los que se niegan a hacerlo, por lo que tener un autógrafo de estos actores se ha convertido en un desafío que rinde buenos réditos económicos.

Actores como Tobey Maguire, Joaquin Phoenix, Renée Zellweger, Bruce Willis, Scarlett Johansson o Julie Andrews se encuentran entre los peores entregando autógrafos, según una lista que elaboró la revista Autograph Magazine en el 2007.

¿Pero qué es un autógrafo para un fan? Un recuerdo especial o un negocio, depende de cada fan. Algunos se ha pasado gran parte de su vida coleccionando estas firmas por un afán de gusto y placer emotivo, pero hay de los que prefieren ganar unos dólares por esto.

Estos simbólicos recuerdos tienen un precio que depende del grado de dificultad de conseguirlos; así una firma de Tobey Maguire, el protagonista de Spiderman, puede llegar a superar los 250 dólares, pues el actor encabeza la lista de los que odian dar autógrafos. Un autógrafo de Tom Cruise, fluctúa entre los 95 y los 250 dólares. Un actor que ha escalado en este ranking es el ganador del Oscar Javier Bardem, cuya firma cuesta entre los 60 y los 120 dólares.

Debido a que la afición por los autógrafos crece con fuerza gracias a la facilidad para comerciar con ellos, ha surgido el problema de las falsificaciones por lo que es bueno consultar a algún experto antes de adquirir uno.

Los actores que odian dar autógrafos ponen como excusa argumentos que van desde no entender por qué hay que dar autógrafos, o si firmo a uno tengo que firmarles a todos; por lo que cada vez es más difícil conseguir uno de una verdadera estrella de cine, pues muchos famosos lo consideran algo molesto y porque cada vez hay más gente que los busca.

Pero están también los famosos que firman autógrafos con generosidad.
Entre estos destacan: Matt Damon, George Clooney, John Travolta, Russell Crowe, y el más entregado de todos, Johnny Depp, quien incluso habla algunas palabras con sus fans si es que tiene tiempo. Otro actor de peso que es devoto de sus admiradores es Jack Nicholson, quien suele atender de buen agrado a quienes se le acercan a pedirle un autógrafo durante los partidos de baloncesto de los Lakers de Los Angeles, donde nunca falta.

Existen grandes coleccionistas de autógrafos como el inglés Alan Robinson, quien poseía una histórica colección de al menos 10 mil autógrafos de las estrellas más famosas de Hollywood. Esta colección tiene autógrafos de figuras emblemáticas del cine como la actriz estadounidense Marilyn Monroe, cuya fotografía autografiada fue vendida en 20 mil dólares. Esta colección fue subastado en Londres con un precio base de dos millones de dólares.

No cabe duda que los autógrafos son de alguna forma una extensión de las estrellas de cine, de su mano al papel, son parte de ellos y por eso valen lo que pagan los fanáticos de estos recuerdos.

martes, 8 de febrero de 2011

La boda de ella tiene que ser la mejor



Lou es una mujer que debe estar frisando los treinta años. Ya no es esa chica, casi adolescente, que conocí en la vieja San Marcos, una chiquilla poseedora de una extraña calma inglesa que contagiaba y calmaba algunos de mis demonios internos por aquellos días. Hace algunos días nos encontramos personalmente –luego de casi dos años- en la Casa de la Literatura; y me ha dicho a boca de jarro: “Toma tu parte, me voy a casar; ¿no te había dicho nada?”

Aunque siempre estamos en contacto a través del MSN, esto de enterarnos de las cosas importantes de la vida –por no decir vulnerables y graves para estar a tono con mi espíritu escèptico-; uno no puede esconder el asombro por el paso del tiempo. Pronto ella será la esposa de alguien que no conozco aún, un hombre que debe haber llenado de alegrías sus días. Pero igual no puedo dejar de pensar que voy volviéndome más viejo, ya no tengo ese rostro de tomate estallado cuando las chicas me ‘golpeaban’ en la universidad y Lou se había convertido en mi confidente de la Facultad de Letras.

Nos conocimos trabajando para la universidad y hemos tenido algunas ‘consultorías’ post ‘university’ en el tema de corrección de textos. Ahora ella trabaja en el fondo editorial de una universidad privada. Por eso a veces recurro a ella cuando tengo alguna duda en el tema, pues se ha ido especializando y ha encontrado algunos errores en mis textos; aunque eso no debe ser muy difícil pues uno escribe y casi nunca corrige, algunos por flojera y otros porque supongo pensarán que son infalibles.

Me pregunto si bailará en su boda alguna canción del ‘chatígula’ Sanz, ya que ella es una fanática del español, ha ido a todos sus conciertos en Perú y alguno fuera del país; tiene hasta fotos con él y toda la cosa. Ahora que ella se casa me ha venido a la mente una vieja canción de Bobby Valentín que a la letra dice algo así:”La boda de ella tiene que ser la mejor, va a estar llena de cariño y también de mucho amor, la boda de ella siempre va ser comentada, pues va a ver mucho champán y también piña colada”.

Casi no hemos podido conversar ese día en la Casa de la Literatura, pues ella estaba ayudando en la organización y yo estaba en el ‘limbo’ por decir algo. No pude comentarle que he descubierto a una escritora: Joyce Carol Oates, con una novela que promete “La hija del sepulturero”. Que he vuelto a leer luego de un tiempo sumido en el desgano y la anomia literaria; que hasta ando leyendo a la vez a Proust con su inagotable “En busca del tiempo perdido”. Aunque al final todas esas experiencias no sean más que ruinas de otro tiempo perdido. Acaso los años felices de la universidad, donde uno se internaba en la ciudad universitaria que nos hacía olvidar nuestras vidas en la otra ciudad babilónica, Lima.

Para andar en la onda de humor negro, que a ella le gustaba y que seguro alternaba con los libros de Cerrón Palomino y las fricativas, y las clases de fonética; no he podido dejar de evocar estas líneas de la canción de Bobby Valentín:”La boda de ella tiene que ser la mejor, tu mamá estará llorando y tu papá estará gozando porque de ti ya se libró”.

Uno quisiera decir más cosas pero las deja madurar un poco más. Tal vez algún día se plasmen en un texto. Aunque no conozco a Hernán, el futuro esposo de Lou, sé que es una buena persona, pues Lou siempre ha tenido buen gusto y tino con las personas. Para terminar, un abrazo y mis deseos más sinceros de felicidad para ambos. Deberìa terminar diciendo que se va a casar la mejor amiga que tuve en San Marcos. No hay remedio nos vamos volviendo viejos, mucho más de lo que ya somos.