miércoles, 3 de junio de 2009

Chica de 17 años busca pretendiente


- En El Comercio del 20 de enero de 1849 (Nº 2668) hay un aviso, en la sección comunicados bajo el título “¡Quema quema!” en el que “una señorita de 15 a 17 años de edad, buena educación, dote crecida y gracioso palmito, desea establecerse con el primer joven que se presente…” (pág. 127).

- Avisito muy revelador de la afición a divertirse de nuestros bisabuelos, es, sin duda, el que registra El Comercio del 23 de junio de 1848 (Nº 2696). Se trataba de un rancho en la Pampa de Amancaes, donde se servía ‘aves’, asadas, fiambres y toda clase de licores, y se advertía que había “dos salones: uno para las señoritas y gente decente y otro para toda clase de personas…” (pág. 125).

- La importancia de Chorrillos en los tiempos pasados puede deducirse fácilmente de un suelto de crónica del 15 de marzo de 1865 (Nº 8089). El balneario era entonces centro de atracción realmente extraordinario para la época. Basta para apreciarlo que reproduzcamos el comienzo del articulito: “En los hoteles de Chorrillos hay salones públicos destinados al juego de envite…” El suelto termina haciendo un serio llamamiento al intendente Baquero, para que ponga remedio al mal, pues asevera que en esos centros de perdición se ven “viejos, niños, clérigos y frailes…” (pág. 90).

Sólo estos pequeños párrafos para darnos cuenta que las ansias por el dispendio carnal ha estado presente desde siempre. Estas observaciones han sido tomadas del libro: Nuestra pequeña historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1966, del poeta peruano José Gálvez Barrenechea (1885 – 1957), y que cuenta con el prólogo de Luis Alberto Sánchez.

Podemos ver que los avisitos ‘rucos’ del Trome pueden tener alguna relación histórica con el rancho de la Pampa de Amancaes, por mientras son diarios del mismo grupo. Para la niña del ‘gracioso palmito’ ese aviso venía a ser su hi5 o facebook de la época, pues resalta sus mejores atributos para tener éxito en su búsqueda de aquella persona (en este caso el primero que se presente). Y que decir del Chorrillos del siglo XIX, de seguro estaba por allí entre esos casinos de los hoteles chorrillanos algún precursor del padre Alberto Cutie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Psychoforaja cucufato